Bienvenidos a El Almacén

Lo que embellece al desierto es que en alguna parte
esconde un pozo de agua.

Antoine de Saint-Exupery (1900-1944) Escritor francés.

viernes, 6 de septiembre de 2013

Temas de la Poesía

Texto aparecido en El Trovador de Julio 2004

La lluvia como tema poético puede parecer, a primera vista, un tanto deprimente. La

poesía, como medio de expresión, sirve para llevar a la superficie nuestros más variados sentimientos y aquellos que transmiten melancolía parecen ser los más apropiados a esta forma.  Algunos preguntan para qué escribir sobre situaciones felices.
Los que pertenecen a la Escuela de los Melancólicos, necesitan del dulce dolor de los recuerdos, de los amores no correspondidos, de mundos que no podrán habitar sino en sueños. En esta escuela se enfatiza la reposición permanente de las imposibilidades como musa inspiradora. No en otra fuente podrán abrevar las palabras, las metáforas y el verbo perfecto que en la de una época que ya fue o que no será. La certeza en que las imágenes forjadas a la sombra protectora de la ilusión no podrán materializarse, es un aliciente perfecto para la creación.    


Uno de los sonetos más deliciosos de Borges, La lluvia, revela a un autor que transforma una simple incidencia meteorológica en una ventana  abierta al pasado. Por ella accede a lugares físicos que existieron alguna vez y perviven en su memoria y en sus versos. Ratifica Borges la cualidad de imperecedero de lo memorado atribuyendo una vida nueva  a cosas y seres que una vez fueron.


La Lluvia

Bruscamente la tarde se ha aclarado
Porque ya cae la lluvia minuciosa
Cae o cayó, la lluvia es una cosa
Que sin duda sucede en el pasado.

Quien la oye caer ha recobrado
El tiempo en que la suerte venturosa
Le reveló una flor llamada rosa
Y el curioso color del colorado.

Esta lluvia que ciega los cristales
Alegrará en perdidos arrabales
Las negras uvas de una parra en cierto

Patio que ya no existe. La mojada
Tarde me trae la voz, la voz deseada,
De mi padre que vuelve y que no ha muerto.

                             Jorge Luis Borges

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