Teatro

¡Jugar!

por Rodrigo Gosende

Camino, camino, camino, salto y digo mi nombre, sigo caminando, me agacho, camino en cámara lenta, doy pasos largos, sigo caminando normal, abro los ojos, elevo el pecho, sonrío, me pongo serio y vuelvo a saltar. Me encuentro con otro, lo miro, nos miramos, nos copiamos, no dejamos de mirarnos y plagiarnos, uno de los dos va mínimamente más adelantado que el otro. Me río, no entiendo, mi cuerpo se rigidiza, trato de conectar, la música comienza a recorrer todo mi cuerpo, cierro los ojos, me conecto y empiezo a flotar. Me tomo de las manos de alguien, nos unimos mientras nos miramos, comenzamos a movernos, nuestros cuerpos se escuchan, nos movilizan, mi cabeza cae y mi organismo sobrevuela por el espacio.

Cuando era chico me pasaba todo el día encerrado en mi habitación manipulando los chiches que tenía. Una ínfima cantidad de autos se transformaban en la carrera más importante del mundo. Algunos muñecos de diferentes colecciones junto a un esférico construido con papel recreaban el partido más asombroso del universo. Me disfrazaba también, todo el tiempo jugaba a ser otro. Plagiaba sus gestos, sus palabras, su postura y a través de la vestimenta que tomaba prestada del armario de alguna abuela, me lanzaba a una inocente experimentación que disfrutaba. Cuando era chico jugaba, simplemente jugaba.

Nos miramos, nos conectamos, todo es en silencio; van apareciendo diferentes figuras, nos volvemos a conectar, nuestro cuerpo se deforma, se trasforma. Escuchamos la voz y nos lanzamos, no pensamos, eso, no pensamos, simplemente hacemos. Miro a mí alrededor, todos están dispuestos de la misma manera, están inmersos en ese gran juego que es el arte de practicar teatro.

Intento reflexionar y todo se redirecciona hacia esa palabra: juego, simplemente jugar. Transito este camino para volver a jugar, para ser ese niño que jugaba sin pensar.

El ladrón y policía, un superhéroe, la mancha, la bolita, las escondidas, la agarrada, los avioncitos de papel, el pan y queso, el quemado, los penales, el 21, la rayuela, el doctor, las muñecas, el elástico, la payana.

El tránsito de la vida nos lleva a crecer y tomar ciertas responsabilidades, durante este camino puedo volver a ser un niño sin tapujos.

El arte le da a uno la posibilidad de imaginar, de crear, de despertar las diferentes partecitas que nos componen. Todo es subjetivo, cada uno desarrolla y deja volar su propia imaginación, las creaciones se vuelven verosímiles; todo parte del cuerpo, del impulso, de la conexión y concentración.

Nos agrupamos, nos miramos, debatimos, construimos entre todos. Nos invaden los aplausos, interactuamos nosotros mismos jugando a ser otros. El entorno está preparado para que las palabras y el cuerpo entren en acción. La trama está por desarrollarse, todo está librado al azar, el conflicto está por suceder y cada uno luchar por su objetivo. El desenlace acaba de ocurrir, todo vuelve a empezar, todos volvemos a ser nosotros, el aplauso es el premio a sumergirse, a arriesgar.

Mi cuerpo ocupa un lugar en el espacio, cierro los ojos y me dejo atravesar. El sonido de la música ingresa de la misma manera que su voz. Un haz de luz me recorre, me afloja, todas mis partículas se entregan, me relajo e imagino verde, de repente todo se transforma en verde y azul. Los sonidos acallan, lentamente me reincorporo, vuelvo a mí. Nos miramos, conectamos, nuestras pupilas están dilatadas, nuestro cuerpo caliente es una nube. Esbozamos media sonrisa, sabemos que es el fin, nos volvemos a mirar, volvemos a esbozar una media sonrisa y lentamente nos despedimos.

Camino, camino, acelero la marcha, ya no hay nadie, estoy sólo, oigo los latidos de mi corazón, mi marcha se aminora, estoy cansado pero cada una de las partes de mi cuerpo está presente. Me freno, ansío volver, sonrío, conjeturo sobre lo que vendrá y vuelvo a sonreír.

Camino, camino, camino, salto y digo mi nombre, sigo caminando, me agacho, camino lentamente, doy pasos largos, sigo caminando normal, abro los ojos, abro el pecho, sonrío, me pongo serio y vuelvo a saltar.

Imagino que de esto se trata, en el teatro y en la vida surge de la misma manera, el secreto es jugar.

Rodrigo Gosende (31) nació en Balcarce, pcias de Buenos Aires, el 1 de marzo de 1983. Actualmente vive en la ciudad de Buenos Aires.
Toda mi vida me gustó la actuación y cuando terminé el secundario se me cruzó por la cabeza irme a estudiar teatro, pero lo veía más como un hobby, como algo secundario a una carrera universitaria que debía seguir. Estando en 3° año de la carrera de Comunicación Social leo en un diario de la facu que se abría un curso de teatro por ahí cerca y lo sentí como una señal. Arranqué ese curso y de ahí no pare más, hace 11 años.

Once años en los que Rodrigo pasó por distintas experiencias de formación y actuación como Seminarios de formación actoral, Clown, Entrenamiento actoral, con figuras de la talla de Claudio Tolcachir (actor, autor teatral y director de reconocida trayectoria nacional e internacional.)

Ha intervenido en obras teatrales:

 “De cómo duermen los hermanos Moretti”  (2006-2007-2008-2011-2012), “Tundra”(2007), “Los Riesgos” (2007), “Antígona”  (2007), “Palabristas” (2008), “Los casos de Juan el zorro” (2008), “Maternidad” (2008), “A propósito de la duda” (2008), “La noche del caracol” (2009),
“Remate Familiar” (2010-2011)

Televisión

Participación en “Socias” (Canal 13, 2008)
Participación en “Ciega a Citas” (Canal 7, 2009)
Participación en “Alguien que me quiera” (Canal 13, 2010)
Participaciones en “El Donante” (Telefé, 2012) Personaje “Carlos Belloso joven”
Participación en “Lobo” (Canal 13, 2012)
Elenco de unitario “Embarcados”. (América, 2014) Personaje “Pedro”
Elenco de unitario “Escuela Nocturna” (TDA, 2013) Personaje “Federico”
Participación en “Mis Amigos de Siempre” (Canal 13, 2013)
Participaciones en “Señores Papis” (Telefé, 2014) Personaje Luis

Cine

“Por tu culpa” largometraje con la dirección de Anahí Berneri. (2010)
“Los Elegidos” largometraje con la dirección de Rodolfo Mortola (2014)
“Arruinarse” video clip, Tan Biónica, dirigido por Juan Chapa (2007)
“Ciudad Mágica” video clip, Tan Biónica, dirigido por Juan Chapa (2012)
“Pasajeros” video clip,  Albrío, dirigido por Paco López (2013)