Bienvenidos a El Almacén

Lo que embellece al desierto es que en alguna parte
esconde un pozo de agua.

Antoine de Saint-Exupery (1900-1944) Escritor francés.

jueves, 14 de agosto de 2014

Poco o nada nuevo bajo el sol

Cayo Julio César Octavio
La historia de este mes comienza con las ambiciones del emperador romano Cayo Julio César Octavio, conocido como Octavio Augusto, que no quería ser menos que su padre adoptivo y predecesor, Julio César.
En el antiguo calendario romano el año comenzaba en marzo y el sexto mes se llamaba Sextilis, pero en el año 24 antes de Cristo, Octavio Augusto decidió cambiarle el nombre y llamarlo Augustus. Estaba imitando lo que había hecho unos años antes Julio César con el quinto mes, que hasta entonces se llamaba Quinctilis y pasó a llamarse Julius en su homenaje.
Pero a Octavio no le pareció suficiente dar su nombre a Sextilis, porque Julius tenía 3l días y Augustus solamente 29. Entonces varió la duración de otros meses para que el que llevaba su nombre también tuviera 3l días. Aún en nuestros días, más de dos mil años después, julio y agosto conservan 3l días cada uno. (fuente: El portal Educativo).



Por lo que se ve, esa manía personalista de mirar todo a la luz de la propia personalidad, no es un invento de la actual sociedad. En todo caso, somos herederos de la cultura greco-romana y algunas taras se han mantenido en el tiempo.
Por contraste, en agosto también recordamos la muerte del general José de San Martín , una personalidad honesta, con entrega hacia la causa independentista. Valeroso e inteligente, llevó al ejército de los Andes a una de las mayores hazañas militares de la historia mundial.


Sus proezas militares y su actitud ante la vida lo han puesto en un sitial de honor.  Las máximas a su hija Mercedes dan prueba de la personalidad recta y sumamente preocupado por la educación no solo de su hija, sino de toda persona.
Cuando San Martín partió de Mendoza para cruzar los Andes, su hija Mercedes tenía cuatro meses y se volvieron a ver en 1818 después del triunfo de Chacabuco.
Debido a la enfermedad de su esposa Remedios, su hija, la niña Mercedes fue criada y educada por sus abuelos, lo que derivó en una niña caprichosa y maleducada. 
En 1924 se embarcaron juntos a Europa y una vez en Francia, el General San Martín se ocupó de reeducarla, y entre otras cosas escribió estas Máximas en el año 1825:

Máximas para mi Hija

1) Humanizar el carácter y hacerlo sensible aun con los insectos que no perjudican. Stern ha dicho a una mosca abriéndole la ventana para que saliese: "Anda, pobre animal, el mundo es demasiado grande para nosotros dos".
2) Inspirarle amor a la verdad y odio a la mentira.
3) Inspirarla a una gran confianza y amistad pero uniendo el respeto.
4) Estimular en mercedes la caridad con los pobres.
5) Respeto sobre la propiedad ajena.
6) Acostumbrarla a guardar un secreto.
7) Inspirarle sentimientos de indulgencia hacia todas las religiones.
8) Dulzura con los criados, pobres y viejos.
9) Que hable poco y lo preciso.
10) Acostumbrarla a estar formal en la mesa.
11) Amor al aseo y desprecio al lujo.
12) Inspirarle amor por la Patria y por la Libertad.

Imaginemos, por un momento, que en todos los hogares se respetaran estos consejos.
El resultado: una sociedad menos violenta y más solidaria. Más sensible y con menos delincuencia. Menos guerras y más entendimiento.
Una sociedad a la que todos aspiramos y que, por ahora, no sabemos cómo construir.




C.G.D.G.


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